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Con los años uno va aprendiendo a que no debe faltar en mi mochila para el Camino de Santiago
«Esto no debe faltar en mi mochila para el Camino de Santiago» es un artículo basado en mi experiencia real de más de 18 Caminos, he ido incorporando los esenciales para disfrutar mis aventuras, aquí te lo detallo:
→ Para estar hidratado en el Camino, no debe faltar en mi mochila.

Siempre en el interior de mi mochila llevo un depósito de 1,5 litros de agua con dispensador. Muchos dirán que es agregar un par de kilos de peso, pero dependiendo de la ruta elegida es importante tener suficiente reserva. Lo bueno es que puedo decidir cuándo llenarle, siempre está conmigo.
Adicional un vaso retráctil muy liviano, pero de gran resistencia de 0,750 litros. El vaso lo lleno cada vez que consigo una fuente potable, me la tomo y relleno para llevarla. Esta técnica me asegura tomar 1,5 litros de agua por parada. El agua es el mejor regalo que le puedes dar a tu cuerpo en el Camino.
→ Para asegurar la carga de mi móvil no debe faltar en mi mochila
Reconozco que lo mejor que uno puede hacer en el Camino es desconectarse, lo hago mientras camino. Pero mi móvil es mi GPS, reloj, cámara y Dj. Debo asegurar su carga, llevo una batería externa de 10.000 mAh.
Normalmente, podrás cargar en el albergue, pero allí van un consejo que lo agradecerás. Un distribuidor de corriente, de esos que hacen que un enchufe se convierta en tres. En España le llaman ladrón, yo lo llamo salvador. Cuando llegas a un albergue que tienen pocas tomas de corriente, lo que es muy común; aseguras tu carga con unos pocos gramos adicionales.
→ En caso de emergencia, no debe faltar en mi mochila.
Hay mochilas que lo traen incluido, no es mi caso, lo compré adicional. Hablo de mi silbato mágico, de plástico, con lupa, termómetro y brújula. Este silbato, en caso de un accidente, espantar animales o llamar la atención, es de lo mejor. Tiene un tono de alta frecuencia disponible con poca presión pulmonar. Junto a él, mi linterna Solar, resistente al agua y a falta de sol, se puede cargar de forma manual en minutos.
Por último, jamás lo he utilizado, pero siempre lo llevo conmigo, una cinta de plomo, cinta metálica o Duck tape (en cada país lo llaman diferente). Es superútil si se rompe la mochila, la chaqueta o el calzado.
→ En mi kit de supervivencia, no debe faltar en mi mochila.
Este kit consta de agujas, hilo y Antiséptico (pequeño) para las ampollas. Un tubo de vaselina y otro de crema hidratante, para mis pies. Un envase pequeño de protector solar. Y unos parches que compro en España llamados Cosmopor (Gasa con esparadrapo), es perfecto para ampollas, heridas o rozaduras (le coloco unas gotas de Antiséptico) y a caminar. Las tobilleras son mis mejores amigas. Tengo una fija y otra ajustable.

→ Para compartir y generar gratos momentos
Una navaja liviana, una cuchara de plástico, un saca-corcho. No hay nada que disfrute más que pararme en un lugar en el camino y tomar un bocadillo, abrir un vino y disfrutar de esa libertad con los amigos que te da el camino.
→ Para lavar mi ropa, no debe faltar en mi mochila.
Esto es lo más utilizado de todo lo que llevo en la mochila, cargo unos ganchos de ropa y una cuerda. En cada lavada nada como asegurar la ropa para que se seque bien. Tiene su técnica y los ganchos te permiten estirarla bien para que en 2 horas ya esté lista, la cuerda es en caso de que me quede sin espacio para colgar (pasa a menudo). Y unos imperdibles para cuando algo queda húmedo lo cuelgo en la mochila y se seca en el camino.
→ Para no molestar, no debe faltar en mi mochila.
Para organizar la carga tengo en mi mochila unas bolsas de tela impermeable con cierre mágico que son una maravilla para no hacer ruido, poder armar y desarmar la mochila en todo momento. En caso de apuro es muy fácil empacar y desempacar la mochila. Las pueden sustituir por bolas grandes con cierre hermético.
Es superimportante el respeto a los demás peregrinos, una bolsa de plástico tipo mercado hace demasiado ruido.
→ Para que mi mochila no se ensucie, no debe faltar.
Un amigo me regaló un gancho para que mi mochila nunca esté en el piso, la guindo de todos los lugares posibles, cuando no la tengo sobre una silla. Es superimportante evitar el contacto de la mochila con tierra y vegetación. Igual con la humedad. En la foto superior están dos ganchos, uno para la mochila y el otro para las sandalias.
Cada quien tiene sus necesidades y lo que realmente sea necesario deberá ir contigo en tu Camino de Santiago. Este artículo lo escribí en el 2019 y realmente me gusto no tener que modificar nada diferente a la imagen de portada y el final… sigo manteniendo mis aprendizajes de lo «Lo que no debe faltar en mi mochila»
¿Aún tienes dudas? ¿Qué esperas para resolverlas?
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